lunes, 19 de julio de 2010


FRENTE DE INTELIGENCIA, TEMAS DE ACTUALIDAD:

PROGRAMA DE INTELIGENCIA PARA EL CIUDADANO COMÚN

COMUNICADO ESPECIAL 19 DE JULIO 2010

Por Shodai. J. A. Overton-Guerra


¿DETRÁS DEL HUMO?

Hoy abrí mi correo electrónico como parte de mi ritual diario, y mientras que trabajaba en otros proyectos, y a las 6:41 AM hora local del Pacifico, me llegó un extraño correo del Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI) de los EE.UU. No se trata de un correo personal claro está pero sí de un comunicado muy ‘raro’ en el sentido de que nunca había recibido yo comunicación de esta agencia a pesar de llevar tiempo agregado a esa lista. Para aquellos de vosotros que leéis ingles aquí tenéis el link: http://www.dni.gov/content/20100719_release.pdf, para los demás lo traduciré aquí puesto que merece la pena el tiempo y el esfuerzo:

Director de Inteligencia Nacional

Washington, D.C. 20511

19 de julio, 2010

Director Interino de Inteligencia Nacional, David C. Gompert, reacción a la serie del Washington Post

Esta manana, el Washington Post comenzó una serie de artículos sobre el creamiento de la Comunidad de Inteligencia siguiendo los ataques del 11 de septiembre. Estos reportajes no reflejan la Comunidad de Inteligencia que nosotros conocemos.

Aceptamos el operar en un ambiente que limita la cantidad de información que podamos compartir. No obstante, el hecho es, que los hombres y las mujeres de la Comunidad de Inteligencia han mejorado nuestras operaciones, frustrado ataques, y están logrando éxitos insólitos todos los días.

En años recientes, hemos reformado a la CI en maneras que han mejorado la calidad, cantidad, regularidad, y velocidad de nuestro apoyo a legisladores, guerreros, y defensores de la patria, y continuaremos en nuestros esfuerzo de reformas. Proveemos supervisión, mientras que a la vez animamos iniciativa. Trabajamos constantemente para reducir ineficiencias y redundancias, mientras que preservamos intencionalmente un grado de traslapo entre agencias para fortalecer el análisis, retar el pensamiento tradicional, y eliminar puntos exclusivos de falla. Somos conscientes del tamaño de nuestras filas de contratistas, pero tremendamente valoramos la flexibilidad y las habilidades especializadas que contribuyen a nuestra misión.

Los desafíos se nos avecinan son difíciles y complejos. Seguiremos escrutando nuestras operaciones, buscando formas de mejorar y adaptar, y trabajar con el Congreso en su esfuerzo de supervisión crucial y reforma. Siempre podemos mejorar, y lo haremos. Y la importancia de nuestra misión y nuestro compromiso de mantener America segura siempre será inmutable, aunque eso se refleje en las noticias diarias o no.

David C. Gompert

Tengo que agradecer al Director Interino Gompert ya que su carta suscitó mi curiosidad en saber exactamente por que se sentiría tan ofendido, o amenazado, por un artículo – hasta que lo comencé a leer. El artículo, que por lo visto es parte de una serie llamada “Top Secret America” (“América Alta-Secreta”), se titula “A hidden world, growing beyond control,” (“Un mundo escondido, creciendo fuera de control”).

Conforme estaba redactando este comunicado algo insólito aconteció: a las 11:48 hora local el OCDN mandó otro correo con dos documentos más, titulados: “Key Facts About Contractors” (“Detalles Claves Sobre Contratistas”) y “Questions and Answers on the Intelligence Community Post 9/11” (“Preguntas y Respuestas sobre la Comunidad de Inteligencia tras el 11 del 9”). Lo que sucedía es que la Oficina del Director Nacional de Inteligencia está desesperadamente a la defensiva ante la critica analítica y devastadora presentada en una serie de reportes publicados por un medio de información – el Washington Post (http://projects.washingtonpost.com/top-secret-america/articles/), uno de los periódicos más prestigiosos del planeta.

El Washington Post está ofreciendo un análisis crítico – énfasis en crítico sobre el programa de inteligencia gubernamental in toto – algo verdaderamente insólito en mi experiencia y que obviamente promete el potencial de un escándalo nacional. La manera en la que el Washington Post se ha enzarzado contra la ODNI es impresionante, reminiscente de la labor periodística de una época que yo ya me temía irremediablemente pasada. Es el resultado de una labora investigativa exhaustiva de dos años de duración que nos ofrece una perspectiva inaudita del imperio tenebroso de los servicios de inteligencia operando con impunidad total y sin contabilización fiscal dentro del imperio.

Un trabajo bien hecho por parte del Washington Post, concienzudo, y una verdadera contribución patriótica a la libertad y a la democracia en defensa de un gobierno que opera con impunidad. De nosotros, como ciudadanos libres y responsables por defender nuestra libertad, dependerá qué sucede con la información y con las conclusiones que se nos presentan. Aquí en FITA lo analizaremos en detalle.

Se continuará…

Shodai J. A. Overton-Guerra











martes, 13 de julio de 2010


FRENTE DE INTELIGENCIA, TEMAS DE ACTUALIDAD:

PROGRAMA DE INTELIGENCIA PARA EL CIUDADANO COMÚN

COMUNICADO ESPECIAL 12 DE JULIO 2010

Por Shodai. J. A. Overton-Guerra



El CUENTO DE DOS NACIONES; DOS CUENTOS DE KAIZEN

Después de una larga pausa de FITA iniciada y propagada por varios factores: el Retiro aquí en el Instituto Kaizen Center celebrado en junio; obligaciones personales; y finalmente mi compromiso de completar mi obra “Maestros KAIZEN” que pueden ir siguiendo en el blog www.maestroskaizen.blogspot.com, volvemos a activarnos. No obstante, nunca fue mi intención dejar enfriar tanto tiempo el caldo cultivado tan meticulosamente de Frente de Inteligencia, Temas de Actualidad, pero como dijo Dante, “los caminos al infierno están repletos de buenas intenciones.”

De hecho, tengo que admitir, tampoco era mi intención escribir nada hoy – lo quería dejar para mañana, porque hoy me había propuesto terminar el tercer capitulo de “Maestros KAIZEN” que se me presenta como un sabroso desafío entre investigación, creatividad literaria, y enseñaza interdisciplinaria. La situación que impulsa mi falta de disciplina literaria en esta ocasión es la victoria española en la Copa del Mundo, evento que nos toca a todos los que orgullosamente sentimos y aclamamos nuestras raíces españolas de una forma inefable, es decir, que desafían las palabras. (Claro está, lo fútil de describir lo inefable no se me escapa, pero ahí vamos.) Estamos en la esfera de la emoción, de lo superracional. Comenzaré, entonces, compartiendo mis palabras escritas después de la victoria contra Alemania, que creo que capta muy bien, y anticipan, mis ideas posteriores a la victoria contra Holanda:

270. Título de la Anotación: “Después de la victoria contra Alemania.”

Tal vez debería haber escrito esta anotación inmediatamente después del partido, pero quería dejar pasar tiempo para reflexionar más allá de la emoción de la victoria y profundizar en el significado de la misma. Admito que no esperaba que fuera posible, y eso es admitir mucho, es dar señal de un tremendo problema que nos ha acechado a España, a los españoles, y a toda la descendencia de Iberoamérica: un complejo de inferioridad ante los países del norte, ante el anglosajón, el germano, hasta ante el francés. La pérdida del Imperio; la ausencia de una Revolución Industrial – de hecho España financió la Revolución Industrial de los países del norte de Europa con los gastos e intereses de la dichosa guerra contra las herejías protestantes – y hasta la misma Leyenda Negra, todas contribuyeron al Gran Ocaso del ánimo nacional. La oscuridad y decadencia de los tiempos de Franco ocupando las cinco décadas medias del siglo pasado fueron difíciles de soportar. Pero a pesar de ello, España es la tierra de Cervantes, de Don Quijote, de Velázquez y de Picasso, de los viejos Tercios españoles de infantería, de Santiago Ramón y Cajal – padre de las neurociencias – de numerosos premios Nobel de Literatura. España tuvo una docena de dramaturgos a la altura, o por encima de Shakespeare, que por cierto plagió de “La Celestina” su “Romeo y Julieta.” Pero el propósito aquí no es de dar una cuenta de la grandeza de la cultura más grande del mundo occidental, no lo precisa; solamente el ignorante o el prejuiciado lo ignora y lo niega.

Mi intención aquí es de dar mi interpretación sobre ciertas actitudes y sobre la implicación del rendimiento del equipo español contra el alemán ayer. En el mundial del 2006 España dio un rendimiento mediocre, patético. No por su falta de capacidad técnica – el mejor futbol del planeta se juega en la primera división española en equipos como el Real Madrid y el Barcelona – sino por su discapacidad mental, emocional, y psicológica, la falta de confianza en sigo misma. Lo mismo padece el equipo Mexicano. Cuando un competidor va a su terreno competitivo, cancha, cuadrilátero, tatami, pista, campo, lo que sea, puesto y dispuesto a dar batalla, a no ceder, a no permitirse el lujo, el “consentimiento mental” del niñito mimado de mama (“chípil”) de aceptar algo menos que su mejor esfuerzo, se le ve en la cara. Cuando simplemente va por compromiso de horario, por aparentar, porque no tiene mejor lugar donde estar pero pensando, “¿cuándo va a acabar esto?” también se le ve en la cara. Lo sé, he estado ahí personalmente, lo he visto en la cara de mis contrincantes, y de mis atletas competitivos. Cuando más está en juego, a riesgo, más tiene que profundizar el competidor en “representar” a los suyos: a los que si gana, ganan con él, a los que si pierde, pierden con él. En el campo de la competición internacional los atletas representan la dignidad, el honor, el valor de sus respectivos países – son los héroes de sus pueblos. Es una tremenda responsabilidad la de ser héroe, pero solo se alcanza el nivel cuando has descubierto algo en la vida por lo cual estarías dispuesto a morir porque sabes que tu vida representa más que solamente seguir respirando, comiendo, y copulando día tras día. Los jugadores de España y de Alemania salieron al campo a dar batalla, a ser héroes, perfectamente conscientes de la carga de su deber. México no, y en el 2006 España tampoco. Pero de Alemania esperamos eso, estamos acostumbrados a su excelencia. Lamentablemente, la decadencia de la cultura y civilización española nos había robado eso mismo, estábamos lejos de ser “un Tercio español.” De ahí mi escepticismo ante una victoria española contra Alemana. Esas “ganas”, esa “voluntad al poder,” murieron con Alonso Quijano, pero vive aún en todos nosotros en Don Quijote, y resurgió con la selección española con su rendimiento contra Alemania: ayer salieron al campo de futbol 11 Don Quijotes y derrotaron a 11 Gigantes germanos. Ganemos o perdamos el domingo, el mundo queda avisado: España ha vuelto. “¡Viva España!”

He Dicho. Así Es. Y Así Será.

La victoria contra Holanda, tuvo su propio sabor:

274. España campeona del mundo. No hay mucho que decir; no voy a hablar del juego sucio de los holandeses, ni de la ceguera del árbitro inglés en no evacuar del campo a Jong por la patada de Taekwondo al pecho de Xavi. Solamente voy a decir que, a gran diferencia que demostraron otros equipos, España mantuvo la compostura y ante la evidente injusticia nos regaló a todos una victoria en la cual el juego la deportividad ganó por encima del arbitraje parcial y corrupto y del juego sucio y mal intencionado. Pero no fue por “Dios” ni por ninguna intervención sobrenatural. La victoria se gana muchísimo antes del partido, en la preparación diaria, de cada momento entrenado, en la preparación física y mental. Ahora mis pensamientos están con Torres cuya carrera tal vez se acabara con una lesión a último momento que todos pasaron por alto. Desde que empezó a jugar en el mundial me percaté de que a Torres le faltaba confianza en la pierna; he visto eso anteriormente en atletas, y lo he experimentado en carne propia – lo que una mala lesión te puede hacer psicológicamente a la hora de tener que extenderte más allá de tus límites convencionales. Tal vez volvió demasiado temprano de su lesión, pero si esto es el final de su carrera va a ser difícil para él. Me acuerdo cuando mi hijo Jimmy, camino a las olimpiadas para Canadá y batallando ya durante temporadas con una lesión en el hombro izquierdo, se lo dislocó por completo en los juegos Panamericanos y vio su sueño olímpico desgarrado junto con su articulación. Al menos Torres tuvo la posibilidad de cumplir con su potencial al ganar la copa del mundo, pero no obstante, si es así, si esta lesión le acaba, le espera un camino psicológico bien duro; espero que si ese es el caso que lo sepa superar al final como lo hizo Jimmy.

He Dicho. Así Es. Y Así Será.

Quise enfocar en mi propósito con Maestros KAIZEN pero mi hermano, sí le voy a culpar a él (¿por qué no?, me la debe por la cantidad de pañales que le cambie de bebé), insistió en mandarme unos links a artículos en línea en respuesta a uno que le mandé anteayer; después, ya mea culpa, me picó la curiosidad y le pedí que me mandara otro, y de nuevo, a petición mía, otro y otro. Después ya no pude evitar revisar docenas de artículos provenientes de la prensa internacional (americana y europea) sobre los resultados de ayer y sobre el significado. (Sigo sin encontrar como está la pierna de Torres; si alguien encuentra algo me lo mandáis, ¿eh?) Phil Ball de ESPN en su artículo “Justice is done” (“Justicia hecha”), tuvo un muy buen comentario en general sobre el partido, pero en particular me gustaron las siguientes frases que apelan mucho a mi ojo clínico de filósofo social:

“Para una nación que es tradicionalmente mejor en ideas que en concretarlas, el escuadrón mostró un nuevo aspecto meticuloso del carácter nacional, una habilidad de planificar, de mantener la cabeza y de cumplir. He estado escribiendo sobre el futbol español durante casi veinte años ahora, y siempre he querido escribir esa frase sobre el futbol español. Ya me estaba hartando de todo ese “ganador sorpresa,” al igual que todos los demás. Ésta es una mañana fantástica, aun en el nublado País Vasco.”

La clave aquí está en las palabras “nuevo aspecto meticuloso del carácter nacional,” ya que es precisamente lo que ha faltado históricamente al carácter ibérico, el poder mantener la calma y la cabeza bajo presión y no dejarse llevar por arrebatos apasionados o al menos, emocionales. De nuevo, no es que España, o mejor dicho, algunos españoles selectos, a lo largo de su historia no hayan tenido muestras de esas cualidades, sino que por lo general, a grosso modo, hemos sido más toro que torero en la plaza de la historia mundial. Eso sí, España ha sabido manejarse lo suficiente para, aun a pesar de sus “pecados capitales”, mantenerse entre las filas del primer mundo – el único país de habla hispana en lograrlo.

Algunos autores hablan del impacto socioeconómico de la victoria; estoy totalmente de acuerdo, pero no por la victoria como causa sino como efecto de muchas causas que ya indicaban un metabolismo en España hacia la excelencia – rastros incipientes de KAIZEN. Caso en punto es el siguiente artículo: “España supera a EE UU como líder mundial en energía termosolar”, que no es sino uno de los muchos indicadores de una era de excelencia española; no digamos la presencia ubicua del Banco de Santander en toda Latinoamérica. Otro detalle que se ha remarcado bastante, a pesar de ciertos eventos lamentables y contraproducentes, ha sido el valor unificador de la victoria en cuanto a limar ciertas históricas, y profundas, divisiones regionales en el país; dos buenos artículos al respecto son “Spain 'united, thanks to its champions'” (“España unida gracias a sus campeones”) y “With Win, Spain Takes On the Meaning of Nation” (“Con la victoria, España se encara con el sentido de ser una nación.” El juego de equipo, de mantener la cabeza, de ser meticuloso, de insistir en concretar – todos aspectos de KAIZEN.

Saltemos al otro lado del charco: México. La revista Proceso en uno de sus frecuentes artículos excelentes (del 27 de junio, 2010) titulado “Un chicharrito no hace verano,” describió los males de la situación del equipo nacional en términos de la cultura general, algo que me pareció muy acertado. Simpatizo con la frustración del autor Juan Villoro que da en el clavo de diversas formas, por ejemplo cuando dice: “En México, los problemas se reconocen y analizan. ¿Provoca eso una solución? Por supuesto que no. ¡Bienvenidos a la tierra de la medianía, un país ni fu ni fa, donde el diagnostico concluye el tratamiento.” Aquí la otra noche, de madrugada la verdad, me comencé a partir de risa; no sé ni como no desperté a la casa entera. Prosigue el autor más adelante, “La selección no lleva el país a cuestas, pero influye en la forma en que lo miramos. No determina al Producto Interno ni el sabor de los tamales, pero sí afecta en el reflejo que tenemos de nosotros mismos, en el conjunto de anhelos, sentimientos y valores compartidos que llamamos ‘mexicanidad’” Aquí ya tuve que soltar las carcajadas porque nunca he visto nada en México digno de llamarse con orgullo “mexicanidad”. Falta de KAIZEN. Aquí, donde los chavales en la calles juegan “al narco y al sicario,” donde los jóvenes idealizan al Chapo Guzmán, y donde en las casas el barrer el suelo consiste en juntar los escombros a una esquina y ahí dejarlos hasta que los vuelva a repartir el viento, Sr. Villoro, me parece que Usted no acepta lo que Usted mismo escribe en su propio artículo.” El problema es precisamente la falta de “mexicanidad”, de una consciencia nacional que necesariamente precede a una consciencia de excelencia en la misma. No se puede ser excelente en algo en lo cual ni siquiera tengamos representación mental mucho menos participación consciente. Cantidades de veces he preguntado a mexicanos de todas las clases sociales, “¿en qué consiste ser mexicano?” y la mejor respuesta, y la más graciosa porque iba en serio fue, “pues no sé, pago mis impuestos.” Las demás quedaron en el “no sé” o en caras en blanco. Más bien ser mexicano significa no haber nacido “al otro lado” de la frontera estadounidense donde quedan las oportunidades: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los EE.UU.

Pero donde se gana Villoro el premio a la honestidad y al análisis psicosocial es en la sección de su artículo titulado, “EL PAÍS DONDE EXISTE LA PALABRA CHÍPIL”:

No es por presumir, pero los mexicanos somos delicados. El frío nos perjudica, el calorón nos abruma, la lluvia nos deprime. Cada vez que se produce un cambio climático en una cancha, el locutor de turno opina: “Esto puede perjudicar a la selección mexicana”. Aunque la nieve caiga sobre los dos equipos, la alteración no nos conviene. En todas partes hay tormentas, pero nosotros nos mojamos más.

Nos acercamos al eje del problema, a la fuente, a la causa. Es cierto, el mexicano está hecho de cristal. De hecho, hay hasta paginas Web para latinos de otras nacionalidades para avisar que no levanten la voz en lo más mínimo que enseguida te acusan “de gritar” y que no digas las cosas ‘claras’ tratando de buscar resolución concreta a un agravio porque te acusan de “grosero.” De ahí el significado de la palabra “chípil” – niñito mimado, chiqueado, malcriado. Lo malo es que ya no son niños en la guardería, sino adultos hechos pero no derechos. Sin un aguante a la crítica no puede haber mejora, y por supuesto obvia, elimina, excluye la posibilidad de KAIZEN.

Pero donde Villoro llega corto es en darse cuenta de la situación verdadera: el problema no origina en la selección nacional, sino en lo nacional de la selección. ¿Dónde comienza esto? En el hogar, por supuesto, donde los varones, y las niñas, no aprenden nada de dureza, ¿y de quien la iban a aprender? Problemático. Se cierra el ciclo: México es una cultura, un estado, una sociedad fallida. Eso ya estaba diagnosticado; el problema ahora es pasar al tratamiento. No queremos ser el mal que presagia la falta de remedio. ¿Qué hacer aquí? La única forma que veo es de pasar a un programa nacional, de alguna forma, de KAIZEN en la familia/hogar, ¿pero cómo hacerlo llegar hasta ahí cuando está custodiada por madres y padres mexicanos?

¿Y esto que tiene que ver con España? Simple. En un forum interpretando la victoria de España contra los holandeses, un español comenta sobre la forma en la que España falló a sus colonias a la hora de inculcar los valores necesarios para que elevarlos al nivel de la metrópolis; es decir, España colonizó, se aprovechó, se benefició, y en ese proceso transmitió sus faltas, pero no sus grandes virtudes que son lo que la han servido para superar su estado de inferioridad, su fatalismo. La reacción de los mexicanos que tanto critica Villoro, es típico del complejo de inferioridad que ante el análisis de la deficiencia no ve la verdadera posibilidad de superación, solamente ve el insulto, el asalto, la degradación: indefensión aprendida.

España ha tenido lo suyo de eso, pero su actitud ante los iberoamericanos con frecuencia ha sido de superior a inferior, no de padre a hijo. ¡Basta ya de comentarios sobre “los sudacas”! Si España va a alcanzar todo su potencial de grandeza precisa retomar las riendas de su antigua responsabilidad y tomar baza en el destino de sus hijos abandonados, necios aunque sean, acomplejados que sean, ‘incivilizados que sean’, pero hijos no obstante – e hijos adultos y a los que ha que respetar y valorar. Y Latinoamérica, en incesante “guerra con su pasado” tiene que entender que sin una guía de mutuo interés, sin dejar a un lado querellas caducas que solamente sirven para su victimización y la rinden presa fácil para las corporaciones angloamericanas, no se va a levantar.

Ambos, España e Hispanoamérica, tienen que encontrar una base para una relación de padre exitoso e hijo adulto, resentido y necio, pero necesitado no obstante. En todo esto México, y otros países de Latinoamérica tienen que tener algo bien presente: España no logrará toda su potencial sin ellos, pero seguirá ascendiendo dentro del primer mundo; pero ellos sin España, seguirán en el lodazal del tercero. Conviene a los dos reparar en la parábola del hijo pródigo y cada cual cumplir con su parte. Seamos por fin una gran familia. El KAIZEN que es el verdadero KAIZEN lo exige de nosotros. ¡Viva España! ¡Viva la Hispanidad!

Shodai J. A. Overton-Guerra